
Dicen que en el Antiguo Egipto apareció un hombre hacia el 1990 a.C. llamado Hermes Trimegisto, este Gran Iniciado, fué elevado hasta el grado de Dios siendo el Dios Thot en Egipto, o Hermes en Grecia. Tal vez Hermes haya sido un iniciado o grupo de iniciados, Trimegisto fué llamado por ser 3 veces grande relacionandose con los 3 planos en los que se mueve el pensamiento del hombre (físico, mental y espiritual). La obra de Hermes Trimegisto, fué muy extensa, según cita Clemente de Alejandría, los 42 libros sagrados de los egipcios eran una parte de los libros de Hermes. Clemente y Abamón le atribuyen 1.220 libros a Hermes y Mametón le atribuye 36.000. Se dice que Hermes era contemporaneo de Abraham, primer patriarca bíblico, y que era su última encarnación en la tierra.
Hermes, el aludido personaje divino e histórico egipcio, fue más bien legendario en Grecia y en Roma. En la mitología Helénica fue uno de los doce (12) dioses mayores, hijo de Zeus o Júpiter y la ninfa Maya, una de las siete Pléyades o siete hijas del Dios Atlas. Fue conocido con el nombre de Mercurio. Luego de nacer en el monte Cileno en Arcadia, fue criado y educado por las cuatro estaciones del año, las que derramaron sobre él los dones de sus mejores primicias: la Primavera le dio su florida y convincente elocuencia; el Verano, su potencialidad fecundante; el Otoño, la madurez de sus reflexiones y su experiencia y el Invierno su rigor y frialdad.
Para los griegos, Hermes o Mercurio, es un inventor. Se le atribuían las invenciones del fuego, de las letras, de los números, de la música y de los ejercicios gimnásticos. Hermes era el Heraldo, mensajero de los dioses y conductor de las almas a su último destino. Era el dios pastor, protector de los caminos, del comercio y bienhechor de la humanidad.
A pesar de las variantes introducidas por los griegos y romanos respecto a la naturaleza oculta de Hermes Trismegisto, las más acertadas informaciones nos las han dado las Escuelas de Sabiduría del Antiguo Egipto, aquellas escuelas que aún existen y las obras literarias que atravesaron triunfantes la historia hasta el día de hoy.
Kircher afirma que muchos de los fragmentos de las obras de Hermes eran pergaminos salvados de la maravillosa biblioteca de Alejandría, destruida por romanos y por árabes. Aquella maravilla fundada por Tolomeo Filadelfo, poseía, según Josefo y Estrabón, cien mil volúmenes, sin contar otras tantas copias manuscritas de los antiguos pergaminos caldeos, fenicios y persas.
Los egipcios atribuían a Hermes 42 libros sobre ciencias ocultas, y el libro griego conocido con su mismo nombre, encierra, efectivamente, relatos alternados, que es como el “fiat lux” de donde recibieron Moisés y Orfeo sus primeros rayos. En la actualidad nos es dable encontrar algunos libros valiosos de filosofía hermética, pero la mayor parte de ellos se ha perdido, en una época en que las persecuciones a los teólogos de Edad Media, eran a sangre y fuego, a ultranza, contra la doctrina secreta.
Entre otras obras destaca 'El Kybalión' en el cual se habla sobre las 7 leyes que rigen el universo, tema sobre el que hare un analisis próximamente en otro post.
Hermes, el aludido personaje divino e histórico egipcio, fue más bien legendario en Grecia y en Roma. En la mitología Helénica fue uno de los doce (12) dioses mayores, hijo de Zeus o Júpiter y la ninfa Maya, una de las siete Pléyades o siete hijas del Dios Atlas. Fue conocido con el nombre de Mercurio. Luego de nacer en el monte Cileno en Arcadia, fue criado y educado por las cuatro estaciones del año, las que derramaron sobre él los dones de sus mejores primicias: la Primavera le dio su florida y convincente elocuencia; el Verano, su potencialidad fecundante; el Otoño, la madurez de sus reflexiones y su experiencia y el Invierno su rigor y frialdad.
Para los griegos, Hermes o Mercurio, es un inventor. Se le atribuían las invenciones del fuego, de las letras, de los números, de la música y de los ejercicios gimnásticos. Hermes era el Heraldo, mensajero de los dioses y conductor de las almas a su último destino. Era el dios pastor, protector de los caminos, del comercio y bienhechor de la humanidad.
A pesar de las variantes introducidas por los griegos y romanos respecto a la naturaleza oculta de Hermes Trismegisto, las más acertadas informaciones nos las han dado las Escuelas de Sabiduría del Antiguo Egipto, aquellas escuelas que aún existen y las obras literarias que atravesaron triunfantes la historia hasta el día de hoy.
Kircher afirma que muchos de los fragmentos de las obras de Hermes eran pergaminos salvados de la maravillosa biblioteca de Alejandría, destruida por romanos y por árabes. Aquella maravilla fundada por Tolomeo Filadelfo, poseía, según Josefo y Estrabón, cien mil volúmenes, sin contar otras tantas copias manuscritas de los antiguos pergaminos caldeos, fenicios y persas.
Los egipcios atribuían a Hermes 42 libros sobre ciencias ocultas, y el libro griego conocido con su mismo nombre, encierra, efectivamente, relatos alternados, que es como el “fiat lux” de donde recibieron Moisés y Orfeo sus primeros rayos. En la actualidad nos es dable encontrar algunos libros valiosos de filosofía hermética, pero la mayor parte de ellos se ha perdido, en una época en que las persecuciones a los teólogos de Edad Media, eran a sangre y fuego, a ultranza, contra la doctrina secreta.
Entre otras obras destaca 'El Kybalión' en el cual se habla sobre las 7 leyes que rigen el universo, tema sobre el que hare un analisis próximamente en otro post.
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