
Ayer leyendo una entrevista a Nacha Guevara sobre el libro ‘Las 7 leyes espirituales del éxito’ de Deepak Chopra en http://www.mantra.com.ar/Entrevistas/nacha.html, ella decía lo siguiente sobre la ley del Dharma:
‘Esta Ley se activa preguntándonos, cuando vamos a hacer algo, “¿cómo puedo ayudar?” en lugar de “¿qué gano yo con eso?”. Este solo cambio de pregunta interna, trae una gran evolución espiritual, hace que nuestro espíritu se haga presente y apoye nuestras acciones.’
En el momento que leí esto, percibí como una especie de luz interior, y recordé al instante las palabras de Ceta, y recapacitando me di cuenta de que en las ocasiones que pensé de esta manera antes de actuar, siempre ha producido beneficios en mi. Considero que tengo una vida feliz, plena y exitosa, pero a veces hay pequeños detalles como ese que podrían mejorar aún más mi vida. Próximamente empezaré a hacer una analisis sobre ‘Las 7 leyes espirituales del éxito’ de Deepak Chopra, ya que me parece un libro muy interesante. Os dejo el enlace sobre la entrevista a Nacha Guevara, podéis pinchar aquí para entrar en ella.
2 comentarios:
Amigo Zalo,
Me permito contestar por aquí y de esta manera porque considero que tu post y mi respuesta pueden ser útiles para más gente. Como supongo habrás visto, tanto en el blog como en la web de Valdelicea, llevamos unos días de cambios internos. Ora lo abrimos a todos, ora lo restringimos… Hay algo que se me escapa, podría decir. Algo que no veo claro y, ante la duda, hago lo que hago siempre y me funciona: “desconecto y me distancio” para intentar ver las cosas con otra perspectiva. Acabo de leer (causalmente, seguro) tu post y… ¡Eureka! Lo que no terminaba de ver está aquí… Leer lo que dices que yo mismo te dije hace unas semanas me ha “refrescado el caché mental”… Efectivamente las cosas hay que hacerlas por el bien común en primera instancia, y en segunda, como es lógico y evidente tiene que haber unos ingresos que compensen económicamente todo. Los gastos de diseño, el mantenimiento, la idea, la gestión, etc. Pero hay una tercera parte que es tan importante o más que la primera y que por desgracia, salvo excepciones que confirman la regla, en general está en desuso en nuestros días. Son los tratos, los acuerdos para compartir y para ayudarnos mutuamente. En definitiva, la generosidad. Por ejemplo, lo que tú haces aquí, regalar tu tiempo y tu ilusión para compartir conocimiento. Pero, como todas las cosas, para que funcionen bien, tienen que ser reciprocas. Dinámicas… Tienen que parecer vivas, y para eso debe existir movimiento en ambas direcciones: “yo te doy, tú me das”. Girando sincrónicamente… Porque en caso contrario ya sabes lo que pasa. Un abrazo. Ceta
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