
Este texto lo publiqué hace mucho tiempo en el foro de univision, no recuerdo su procedencia, pero espero que os guste.
Nos habrá sucedido en más de una ocasión que visitamos una casa y algo allí nos empuja a salir enseguida o a estar menos tiempo del pensado, y el caso contrario, que pensamos hacer una visita rápida y nos quedamos más tiempo del previsto. Las vibraciones del entorno parecen determinar lo a gusto o a disgusto que nos encontramos. Hay un adagio chico que dice, antes de entrar en una casa mira las flores del jardín. Si las flores o plantas están lozanas, bellas, bien cuidadas, es porque la atmósfera que se respira es agradable y equilibrada. Por el contrario, si las flores o las platas están ajadas, deslucidas, lo más probable es que allí no haya armonía.
Otro caso que nos hace percibir el aura es cuando dos personas distintas arreglan un jarrón similar con las mismas flores y agua a la misma cantidad y temperatura, uno de los arreglos contendrá algo distinto que no sabemos muy bien qué es. También se da el caso de dos personas que preparan un plato de cocina con los mismos ingredientes, tiempos de cocción, etc., y por alguna razón uno tiene algo especial. La sabiduría popular dice que es el cariño con que se haga las cosas, de hecho no es lo mismo trabajar con gusto que con disgusto, parece que nuestros pensamientos, nuestro cariño se incorporaran en aquello que hacemos, sea algo manual, artístico o culinario.
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