Compañeros de viaje

Ayer, después de endosar mi escrito de la “fuente”, (Nunca digas de esta agua no beberé) pensé que quizá no estaba en la línea de la temática general del blog. Eso sin mencionar al autor. Sí, reconozco que soy un tanto singular en mi manera de expresar y manejar mis intervenciones por estos foros de dios... Como quiera que fuera, aquí estoy de nuevo para aclarar, mejorar y ampliar mi debut de ayer.

Hace unos días, queriendo responder presto a la amable invitación de Zalo, quien me sugirió que escribiera sobre mi trabajo diario, casualmente coincidí en Madrid con la persona que actualmente dirige la organización humanitaria en la que yo comencé mi aprendizaje social hace once años. Aunque en realidad, muchos de nosotros, los que nos dedicamos a determinados trabajos, dicen que en cierta manera nacimos así. Es decir, que veníamos “marcados desde la cuna”, independientemente de cuándo decidiéramos optar por realizar determinados trabajos… Yo ni confirmo ni desmiento pero lo cierto es que algo de ésto hay en mi vida. A veces, demasiadas veces, nos empeñamos en llevar un camino que ya no es que sea erróneo, que lo es, sino que además no conduce a ninguna parte. Pero eso sí el desgaste que sufrimos, física y anímicamente, muchas veces es atroz. En mi caso reconozco que me he equivocado infinidad de veces. Por eso cuando ahora, que ya pongo todos los medios para sopesar bien cada situación y valorar los pros y los contras y, me salen las cosas más “redondas”. Me da rabia por el tiempo perdido. Ya sé, ya. Más vale tarde que nunca…

Sirva toda esta introducción para confirmar que lo que está escrito, antes o después, se cumple. Con esto no digo que nuestras vidas ya estén trazadas pero sí están punteadas, perfiladas, por así decir. Somos en esta vida, el resultado de la genética, de nuestra educación, instrucción, vivencia medioambiental (y no me refiero a lo climático) y, por supuesto, también lo que fuimos antes de nacer… Hace muchos, muchos, años un duende me explicó que las familias de almas siempre viajan juntas desde el principio de los tiempos… De eso precisamente, de éste tipo de descubrimientos, suelo escribir habitualmente. Con respecto a la ayuda social, aunque he conocido sobre el terreno, y sufrido en mi propia piel, la dureza del trabajo “a pie de calle” de un cooperante de ONG (desde una de esas organizaciones internacionales consideradas más necesarias que ninguna otra porque en tragedias como tsunamis, terremotos, guerras, etc. son los primeros que llegan) hace algún tiempo consideré que en nuestro país también había mucho por hacer. A otro nivel distinto, de aquel de las organizaciones llamadas de “Solidaridad y Emergencias”, pero no por ello menos importante.

Hoy en día que todo el mundo “sale de armario”, por unos u otros motivos, yo he decidido salir del baúl… Tanta naftalina me estaba afectando las neuronas. Creo en todas las cosas que escribo, temas esotéricos que no exotéricos. Desde que tenía seis o siete años, ya hablaba con mis amigos invisibles, que no imaginarios. No concibo la vida sin la existencia de la reencarnación. Y sé, confirmo categóricamente, que en la vida todo es energía y como tal, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

Como no soy un teórico no práctico, y tampoco me gustan ni los fanatismos ni las etiquetas, escribo sobre lo que percibo, siento, experimento y alcanzo a comprender pero siempre desde mi perspectiva y con mi ánimo más sincero. Quiero decir que ni vendo nada ni busco acólitos para montar un club… Por el contrario creo que cuanto más sepamos todos, de todo, mejor nos irá en la vida.

Hasta la próxima. Os deseo mucha PAZ y ARMONÍA

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