Experiencias Personales - La Atención en el Aquí y el Ahora

Como nos indican muchas filosofías debemos de vivir el aquí y el ahora, teóricamente es algo complicado, pero es mucho más sencillo de lo que creemos. Simplemente debemos de ser conscientes de nosotros mismos y observarnos para llegar a este punto.

 

Somos consciencia pura, nuestros pensamientos son una parte de nosotros pero no son nuestro Verdadero Ser. Cuando somos conscientes de quienes somos realmente  nos damos cuenta de que hay algo más allá de nuestros pensamientos, y ese es nuestro Verdadero Ser, somos consciencia pura enfocada en el aquí y ahora, dentro de una ilusión espacio-temporal (el tiempo es una dimensión más, nuestro Verdadero Ser es eterno), y a la vez somos parte de un todo. Quisiera explicaros esto con algo que me ha sucedido recientemente.

 

Hace un par de días volvía de un maravilloso viaje, éste ya había terminado, como siempre mi mente empezó a divagar en diferentes asuntos, últimamente mi vida está siendo demasiado movida y eso hace que mi actividad mental sea más intensa, aparte de que acababa de estar con mi actual pareja, a la cual no volveré a ver hasta dentro de varios días, mi mente se torno es un sinsentido de pensamientos como hacía tiempo que no sucedía, suelo mantener mi calma mental, pero no hay nada peor que una mente ociosa. En un determinado momento me di cuenta de que estaba empezando una puesta de sol  delante de mí, ya que el viaje era de levante a poniente, y de una manera automática me centre en ello y en la conducción. Resulto ser una sensación increíble, todas mis preocupaciones se desvanecieron y una explosión de colores apareció delante de mí.

 

Tonos violetas, rojos, naranjas, amarillos, rosados y azules se fundían delante de mi mirada, junto al verde y amarillo del paisaje, parecía una sinfonía de colores que quería decirme algo, como un momento de fusión con todo lo existente, pero no existía una realidad diferente a aquel momento y aquel lugar dentro de mí mente, y entonces empecé a sentir algo difícilmente explicable con palabras. Sabía que ese momento era único e irrepetible, no existía pasado ni futuro dentro de mi cabeza. El pensamiento cesó, pero era consciente de todo lo que estaba sucediendo, el momento se convertía en eternidad. Los colores eran más vivos, los sonidos más intensos y cualquier acción que realizaba en el momento, aunque ésta fuese de las que solemos realizar mecánicamente, la hacía simplemente siendo consciente en cada momento de ella.  Después de esta magnífica sinfonía cayó la noche, y una sensación de paz infinita me invadió hasta la fibra más profunda de mi ser. Sentía una paz indescriptible, y una unión con todo lo que me rodea.

 

Han pasado tres días y todo esto sigue dentro de mí, a pesar de la actividad diaria y la actividad mental que ello conlleva me siento en paz, con todo y conmigo mismo. No sé qué es lo que ha sucedido, pero tampoco me importa. Tampoco sé cuanto durará esto, pero simplemente no me importa. Sólo sé que este momento es único e irrepetible y que quería compartir mi experiencia con todos vosotros. No sé tampoco porque lo hago pero algo dentro de mi corazón me decía que debo hacerlo.